Hacer un
bizcocho, cortarlo por la mitad, en horizontal. Poner a calar con agua y
miel la parte que nos servirá como base.
Rellenar el bizcocho de queso fresco sin sal, frutos secos (pasas, dátiles y
avellanas) y mermelada de manzana u otra fruta (fresas, albaricoque, melocotón,
peras). Tapar el relleno con la mitad del bizcocho sobrante y decorar con
nueces, fruta confitada, miel y pimienta. Encima del bizcocho se puede poner
una corona de laurel hecha de papel.
Este
pastel es parte de un ritual que se celebraba en el mes de diciembre, por
tanto, no hay que olvidar introducir un haba seca en el interior del bizcocho,
ya que el que la encuentre será coronado princeps
Saturnalicius y sus órdenes deberán ser cumplidas.
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